La Logopedia es una disciplina de la salud que se encarga de la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de los trastornos de la comunicación, el lenguaje, la voz, la audición, la deglución y las funciones orofaciales. A través de un enfoque personalizado, nuestros logopedas trabajan para mejorar la calidad de vida de pacientes de todas las edades.

Nuestros servicios de logopedia están dirigidos tanto a niños como a adultos que presentan dificultades en la comunicación, lenguaje, habla o deglución. Algunas de las áreas en las que intervenimos incluyen:

• Trastornos del lenguaje infantil : Dificultades en la adquisición y desarrollo del lenguaje oral o escrito (dislalia, dislexia, retraso en el lenguaje, etc.).
• Alteraciones en el habla: Problemas como tartamudez, disartria o alteraciones en la pronunciación.
• Trastornos de la voz: Afonías, disfonías y otros problemas que afectan la voz, ya sea por mal uso o patologías de las cuerdas vocales.
• Dificultades en la deglución: Problemas con la coordinación de los movimientos musculares necesarios para tragar alimentos o líquidos (disfagia).
• Rehabilitación tras accidentes: Intervención en pacientes que han sufrido lesiones neurológicas, como accidentes cerebrovasculares, que afectan su capacidad de hablar o comunicarse.

En Clínica Gran Vía, te proporcionamos un enfoque integral de la salud, ofreciendo:

• Logopedia infantil: Tratamos trastornos del lenguaje en el desarrollo, dificultades de aprendizaje, y alteraciones en la pronunciación.
• Logopedia para adultos: Nos especializamos en la rehabilitación de problemas de voz, habla y deglución, además de intervenciones en personas que han sufrido daño cerebral adquirido.
• Terapia de voz para profesionales: Actores, cantantes, profesores y otros profesionales cuya herramienta principal es la voz pueden beneficiarse de nuestras terapias para prevenir y tratar problemas vocales.

Es importante acudir a una consulta de logopedia si notas algún signo de dificultad en la comunicación o deglución, tanto en niños como en adultos. Algunos indicadores pueden ser:

• Problemas al pronunciar ciertos sonidos o palabras.
• Dificultades en la comprensión o expresión del lenguaje.
• Alteraciones en la fluidez del habla, como tartamudez.
• Ronquera o pérdida de la voz.
• Problemas al tragar alimentos o líquidos.